lunes, 18 de junio de 2012

El artista brasileño

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Rubens Mano
Sin título (del proyecto Básculas), 2000

Los artistas jóvenes envejecerán, y las viejas glorias no lo han sido por azar, de manera que cada artista lleva la mochila cargada desde su juventud; con la tradición histórica, con los lugares comunes visitados por los artistas de su país, con su contexto cultural. El modo en que vayan aligerando peso por el camino, particulariza su trabajo. Unos se alejan de Brazil y otros se dirigen a su corazón.
Los dos espacios donde se encuentran las obras de This is Brazil!, conforman una panorámica del entramado artístico brasileño de las últimas dos décadas. Más de treinta artistas han sido elegidos para representar la miríada de particularidades que dibujan el carisma del arte autóctono; entre ellos Sandra Cinto, Valeska Soares, José Bechara, Adriana Varejão, Cindo Meireles, Iran do Espírito Santo, Marco Gianotti, Caio Reisewitz o Ernesto Neto.
Resulta complicado definir el ida y vuelta de intercambios referenciales entre São Paulo y Río de Janeiro. No es sencillo trazar un mapa cuadriculado de características estables, ni desenmascarar el territorio artístico donde emergen por todos lados, nombres de artistas y movimientos brasileños anteriores. La definición de una identidad artística nacional es la búsqueda obsesiva que reúne a artistas, críticos y comisarios en el mismo teatro, porque sólo podemos distinguir luces y sombras de tiempos pasados. Lo que tienen en común las obras seleccionadas es el origen geográfico de sus autores, y como apunta el comisario, “Hay muchos Brasil”.
Necesitaríamos escribir un texto por artista para desempolvar las corrientes, los manifiestos y las personalidades más influyentes para los artistas en exposición. Hablaríamos de las influencias del concretismo y neoconcretismo brasileño, de la vertiente paisajista, la influencia de la arquitectura, de Hélio Oiticica, del protagonismo de los materiales y las metáforas, de los escenarios actuales de la figuración y la abstracción brasileña, y un largo etcétera. A unos artistas les asociamos con facilidad a Brazil (porque hemos entrenado el ojo en exposiciones, ferias, etc.): Ernesto Neto, Damasceno, Efrain Almeida. Otros en cambio, han conseguido deshacerse poco a poco de las referencias contextuales, y podemos leer sus trabajos sin una nacionalidad cultural marcada: Marcos Chaves, Vik Muniz, Rubens Mano. La obra de Mano, “Sin título”, consiste en dos platillos de una báscula unidos, dándose la espalda, y bien podría figurar como síntesis a esta valiosa tentativa de discernir “lo brasileño” a través de sus representantes actuales.
En 1953, el grupo de artistas brasileños “Ruptura” proponía en su manifiesto una definición de “lo nuevo”. Entre sus características destaca la última: “conferir al arte un lugar definido en el marco de la labor espiritual contemporánea, considerándolo un medio de conocimiento deducible a partir de conceptos, situándolo por encima de la opinión, exigiendo para su juicio un conocimiento previo”. La declaración podría haberla firmado cualquiera de los grupos de vanguardia que colonizaron el s. XX . Con esto queremos apuntar que el concepto de identidad artística nacional lleva implícita la idea de su ruptura, y que en el forcejeo particular de cada artista con su tierra natal, hay variables comunes que resisten al tiempo.
El crítico y comisario brasileño Paulo Reis definía así una de las corrientes de fondo: “Lo que se vuelve evidente ante una obra brasileña es la exuberancia (…) su capacidad de apoderarse de los aspectos culturales de la llamada cultura popular y desarrollar una plasticidad lúdica, envolvente sin dejar de cuestionar todo el sentido del arte, de la historia, de la cultura y del origen de lo que por convención se ha llamado Arte Brasileño. Lo que está en juego es saber qué tipo de identidad es la brasileña o qué se espera del artista brasileño”.
Podemos leer la historia del arte de Brasil en el siglo pasado a partir de las obras reunidas, pero apenas resolver la cuestión lanzada por Reis, ¿qué se espera del artista brasileño? Intuimos lo que Paulo Reis denomina “exuberancia del arte brasileño” pues es más antigua de lo que cualquier corriente artística originada en Brasil en el siglo pasado. Las corrientes y los manifiestos se fueron, la exuberancia continúa y nos queda por delimitar su contorno para convertirla en rasgo de identidad permanente. Entonces los artistas se acercarán o se alejarán de ella sabiendo que la exhuberancia les pertenece. (ABC, El Cultural)

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