domingo, 25 de julio de 2010

Negritudine




                Desdicha y milagros del continente atlántico. La voz de Josephine baker y la falda de plátanos con la que actuaba en 1920 por París y New York, el elefante escondido en los pulmones de John Coltrane, Nina Simone y los Black Panters. Cuerpos de jazz, de blues; cánticos a dioses paganos que habitaban el hemisferio sur y recorriendo América llegaron a Europa. El sonido de las estatuas de ébano hace retumbar el espacio colonizado por las 140 obras de arte reunidas, herméticas y silenciosas.
               Martin Luther King, Malcom X, los veintisiete años de prisión de Nelson Mandela, Obama.        Picasso, las pinturas de Edward Burra; “Noire et Blanche” (1926) fotografía de Man Ray que tal vez aúne la historia policromada entre las culturas negras y su relación con la cultura occidental. Esclavos africanos lanzados hacia América, negros estadounidenses que reivindican su tierra original, artistas criollos que hablan de sus raíces y pintores o escultores europeos que transforman una cultura inaprehensible en algo más que un elemento estético. Los gestos anónimos que se suceden desde el s. XVIII aparecen sumergidos en uno solo: la maqueta de un barco recubierto con purpurina negra “Garvey´s Ghost” (2008) de Radcliffe Bailey.
       La diáspora africana y la desacompasada infiltración cultural entre los dos hemisferios, es el tema que hace vibrar al blanco edificio de Álvaro Siza como una caña de bambú. Se trata de una representación esquemática sobre la comprensión del término “Arte Africano” desde principios del s. XX hasta hoy en día. Los comisarios articulan la exposición en siete capítulos o bloques temáticos que señalan la influencia que han ejercido las diversas culturas negras sobre el mundo del arte occidental y viceversa. Quedan reunidos bajo el mismo techo desde testimonios fotográficos de exclusión y racismo hasta un rostro tallado en madera realizado por Karl Schmidt-Rottluff en 1917, o una performance de Ana Mendieta.
Panafricanismo, Postnegro, New Negro; acepciones y representaciones para seguir la huella del mestizaje. Tal vez la llave de paso -en clave estética-, haya consistido  en la mirada frontal a la que aludía Jean Paul Sartre en 1948 en la revista “Orfeo Negro”: “He aquí hombres negros de pie que nos miran y deseo que sintáis, como yo, el sobrecogimiento de ser visto”.
Dos exposiciones comparten el CGAC: African Modern, con su punto de partida en el libro “The Black Atlantic”, (Paul Gilroy, 1993) y el diario del “Ocean Wave”, la pequeña embarcación en la que el holandés Bas Jan Ader se dispuso a alcanzar territorio británico desce California en 1975. Ese mismo año, Josephine Baker desaparece en tierra firme y por circunstancias naturales. Simple coincidencia que nos tuerce la boca. (ABC, El Cultural)

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